martes, 3 de octubre de 2017

29 DE ABRIL: LOS ANIMALES DE MI TIERRA FESTEJAN SU DÍA.



Hoy voy a dedicar esta entrada a una amada y consecuente compañera de mi vida, quien comparte mis días, mis horas, mis minutos y mis segundos... desde hace unos quince años aproximadamente.


Su nombre es CHISPITA. Es uno de los tantos perritos que adopté de los llamados sin dueño, por no decir abandonados, que duele un poco más aún, entenderlo.


CHISPITA me eligió entre tantos y tantos transeúntes que pasaban por la calle Gaspar Campos, donde en ese entonces, tenía mi negocio. Recuerdo le dije a mi pequeño hijo Nandy, que la tratara de asustar o "espantar" de alguna manera, porque ya me la veía en casa, junto a los otros tantos ángeles sin alas, como lo es ella hoy y que también compartían mi vida, por esos días... Mi hijo hizo lo que pudo. Tomó una pequeña piedrita del suelo y la arrojó a la distancia, como para que este tierno y asustadizo angelito se asustara y se fuera lejos, muy lejos... pero no. Volvió a mi encuentro con la cola entre las patas y algo temblorosa. Se paró frente a mi negocio y me miró firmemente a los ojos. Me había ganado la partida. Ya formaba parte de mi vida ella también. Le dí de comer y algo de leche para tomar y la llevé adentro del local hasta la hora de cerrar. Esa noche, y todas las noches a partir de ésa, CHISPITA, es una más en nuestra familia. Hasta acá, pareciera una anécdota más, de esas tantas que existen en la vida de tanta gente. Pero para mí... que disfruto de su amor incondicional, permanente y perpetuo, no es una anécdota más. Es la consecuencia de un impulso del cual nunca voy a arrepentirme. CHISPITA es una canción , un tintinear de uñas largas (que me cuesta mucho cortarle), unos ojitos que me buscan por toda la casa y me persiguen sin darme tregua, una mirada plena de amor, de ternura, de necesidad de protección. CHISPITA trajo una chispa de ternura a mi alma, por eso la llamé así. Aunque debo admitir que me equivoqué. Ella me incendió con su inefable forma de ser. Es una antorcha viva de fidelidad y de amor indeclinable. Es mi perra CHISPITA... Un increíble Ángel sin alas, que disfruta sus días con solo tenerme cerca. Muy cerca de su pequeña e inmensa alma.... Por eso esta entrada se la estoy dedicando a ella y a todos los que son como ella...


Animales de mi Tierra... los amo. Ojalá algún día la raza humana aprenda a valorarlos y a protegerlos como a una clase inferior de seres vivientes, que dicen que son... Aunque en realidad, lo de clase inferior, me pregunto... será tan así?...


¡FELIZ DÍA, ANIMALES DE ESTE ESPECIAL MUNDO!...