domingo, 2 de agosto de 2020

CONFIAR, ES SEGUIR CREYENDO...

Se me dio por incursionar en lo que es un blog, después de haber meditado un buen rato en si debo seguir confiando o no, en estos avisos que ofrecen el teletrabajo, como un rebusque más, en donde el que oferta es quien tiene siempre la sartén por el mango, vulgarmente hablando.
Soy una mujer que trabajó siempre en relación de dependencia, hasta un cierto momento de mi vida, en que por diferentes causas, tuve que buscar esta opción de aplicar conocimientos para poder trabajar desde casa.
Pude observar que distintos avisos que aparecen a diario desde páginas donde ofrecen trabajo, no siempre son confiables. A veces, la necesidad de trabajar, lleva a una persona a enviar currículos a distintos lugares donde solicitan teleoperadores, encuestadores, entrevistadores y toda clase de demandas específicas, que se ven con los ojos del posible trabajo tan ansiadamente buscado.
Yo estoy en este momento abocada a una nueva búsqueda, porque me defraudaron en dos oportunidades continuadas. Entiendo que no todo pasa por el fraude y por la estafa. Gracias a Dios no es así. Pero debo confesar que las defensas se van bajando paulatinamente cuando algo de ésto sucede. Aunque hay una cosa que no entiendo. Por qué, cuando se denuncia en forma directa a las empresas, o seudo empresas, a las mismas páginas que gratuitamente permiten su publicación, éstas hacen caso omiso de tales denuncias y se siguen complotando con aquellos que se sirven de tales publicaciones, para estafar a la gente de buena fe y con necesidad de trabajar...como yo, que he sido víctima del asalto a mi credulidad y mi buena fe, sin que nadie haya podido defenderme de tal delito. Por eso, me pareció bueno ésto de incursionar en un blog... al menos, es una prolija forma de blanquear esta situación de impotencia que hoy me embarga el alma. Pero como me considero un Ave Fénix, ya estoy sacudiendo mis alas para volcarme de lleno a otros avisos posibles que me den la posibilidad de encontrar algo que cubra mis expectativas y que cumpla con dos condiciones básicas: Dar y recibir con honestidad, responsabilidad y funcionalidad, como un empleo más, sin especulaciones ni nada que no tenga que ver con lo llamado relación laboral, propiamente dicha... y con todas las letras, como corresponde a cualquier persona de bien, que necesita ganarse su sustento.